jueves, 12 de julio de 2012

DEMETRIO MACÍAS COMPARECE ANTE VENUSTIANO CARRANZA


Venustiano Carranza

 
Personajes:

·         Demetrio Macías (Revolucionario, personaje principal de la novela Los de abajo)
·         Venustiano Carranza (Presidente de México)

     Demetrio Macías es capturado durante el enfrentamiento entre sus hombres y  las tropas carrancistas en las cercanías de Juchipila, y es llevado a comparecer ante Venustiano Carranza. Luego de un largo silencio, Carranza se pone de pie, se dirige hacia la ventana que da a la plaza y empieza a inquirir del prisionero.


Venustiano Carranza: ¿Cuál es su nombre? y ¿de dónde viene? (Pregunta con calma el presidente mirando errabundo el cielo sobre la ciudad).

Demetrio Macías: Me mientan Demetrio Macías y vengo de Juchipila. Mi rancho es el Limón –o era-. (Macías frunce el ceño en señal de rabia).

Venustiano Carranza: ¿Juchipila? Siéntese. (Ordena el jefe de estado señalando una amplia silla que se ofrecía cómoda ante su escritorio).

Demetrio Macías: Gracias. (Agradece en voz baja).

Venustiano Carranza: ¿Qué hace que un hombre de Juchipila abandone su rancho, y supongo que a su familia, para unirse a un desestabilizador como Villa en contra de un gobierno nombrado por su mismo pueblo? (Se sienta en una amplia butaca ubicada frente a Macías).

Demetrio Macías: No lo sé señor. (Responde Macías levantándose de su asiento en espera que el presidente se siente).

Venustiano Carranza: Mi mayor error ha sido desear que un civil ocupe mi lugar después que yo. No por capricho, sino, por considerar que es mejor que un civil lo haga y así evitar que otra vez tengamos que sufrir un gobierno militar ¿Qué opina usted de eso?

Demetrio Macías: Pos, (Frunce el ceño en señal de duda) no sé con cuál de estos ambos estamos menos pior, señor.

Venustiano Carranza: Se está mejor con el que menos nos daña. (Responde el presidente con tono firme pero amable).

Demetrio Macías: ¡Ah! eso sí que está como difícil señor. (Responde Macías con una sonrisa que evoca más pena que gracia).

Venustiano Carranza: Explíquese usted. (Solicitó el presidente poniéndose cómodo en su asiento como quien espera una larga conversación).
                                                                                                            
Demetrio Macías: Pos, la meritica verdá, en eso de dañar, pos ambos dos se dan la mano. Si no me cree, fíjese usted don señor presidente: Yo vivía tranquilo en mi rancho con mi mujer y mi chamaco. No le hacía mal a naiden y trabajaba mi tierra, pero apenitas creía uno que ya iba a desfrutar la cosecha, ahí meritico caían los federales y acababan con todo. Por otro lado, ahí está don Mónico, el cacique, nada le había hecho yo, sino que a despecho suyo mandó a quemar mi rancho dejándome a mí y a mi familia en la mera intemperie sin tener el menor rastro de corazón. Es que no hay derecho, señor presidente, todo el que se hace un poderoso siempre termina dañando al más pinche y desprotegido.

Venustiano Carranza: ¿Y con eso se justifica usted? Si a ver vamos, usted también actuó igual entonces. Es hombre poderoso, dirige un ejército, y, como los otros que usted condena, ha robado el ganado de los demás y ha saqueado las pocas provisiones de la gente de los pueblos. (Contesto el presidente señalando a Demetrio como quien hace caer en su error a alguien).

Demetrio Macías: No es así don señor presidente, no es así aunque parezca. Yo lucho por mero coraje, y hemos robado por necesidad, y el que hace las cosas por coraje y por necesidad no peca, pero ahí están los federales, ellos dañan por placer. Por el mero placer de causar mal a su semejante en viéndolo en desgracias les adjuntan más dolores violando sus mujeres, robando sus provisiones y quemando sus humildes ranchos. (Contestaba Macías sin perder la compostura) Y por otro lado están los caciques, que sin ser del ejercito, por ser poderosos de dineros, esclavizan a los más pobres y no contienen su furia si anqué sea uno se atreve a cuestionarlos.

Venustiano Carranza: Y ¿cuál cree usted entonces que sea la solución a todos los problemas que atravesamos? (Inquirió Carranza a Macías alzando los hombros).

Demetrio Macías: Pos, la meritica verdá, señor don presidente, no lo sé, señor don presidente. No lo sé, no sé de soluciones. (Ambos se miraron sin poder decir más palabras).

Venustiano Carranza: Creo que debe irse Señor Macías. (Dijo el presidente Carranza antes de ordenar la liberación de Demetrio Macías).

Ambos se ponen de pie y miran con respeto. El presidente hace una señal con la mano pidiendo que Macías se retire. Macías se retira en silencio. El presidente regresa a la ventana y dirige una mirada perdida al público.


Revolucionarios mexicanos

Mariano Azuela, autor de Los de abajo

Fernando Benítez, autor de El rey viejo

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