jueves, 12 de julio de 2012

EL SUSPENSO EN CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA, DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Asesinato de Santiago Nasar

     De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, el suspenso es un recurso utilizado en obras narrativas de diferentes medios que “tiene como principal objeto mantener al lector a la expectativa, generalmente en un estado de tensión, de lo que pueda ocurrirle a los personajes, y por tanto atento al desarrollo del conflicto o nudo de la narración”.

     Por otra parte, Blasco (1966), opina que para crear la tensión propia del suspenso “el autor ha de estimular continuamente la participación del lector, proporcionándole pistas del desenlace de la historia”, no olvidando que “ésta debe resolverse de manera totalmente racional, sin que quede ningún cabo suelto” y “sin que el efecto de tensión generado llegue a defraudar al lector”.

     Ahora bien, a este nivel podría entonces alguien preguntarse ¿Cómo es posible hacer uso del suspenso de forma efectiva?

     A este respecto muy bien podría mencionarse como ejemplo a Gabriel García Márquez y, en especial hablar de su obra Crónica de una muerte anunciada, pues allí se puede ver la maestría de este autor para hacer del suspenso un recurso que atrapa al lector, manteniéndolo en la expectativa.

     Haciendo alusión precisamente a esta obra, Márquez menciona en una entrevista que lo que más les preocupaba de esta novela era que el comienzo atrapara al lector. Fue entonces cuando a sus manos llegó un ejemplar de La metamorfosis de Kafka, que inicia hablando de lo que le ocurre al personaje principal, cosa que imita Márquez en su novela, pues comienza hablando de la cercana muerte del personaje Santiago Nasar: “El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo”.

      Esto podría parecer absurdo, pues existe la creencia de que si uno sabe el final de la obra, ésta pierde la gracia, sin embargo, y según explica Márquez, esto no es del todo cierto pues, esa forma de iniciar su novela es la que precisamente mantiene en vilo a sus lectores, ya que al saber que matarán al personaje, buscarán saber la razón y la forma en la que ese crimen se efectuará, y es precisamente allí en donde radica el uso del suspenso, la tensión, de esta obra.

     Además, Márquez no deja solo al lector en esta búsqueda, sino que poco a poco va proporcionándole pistas que pueden llevarlo a encontrar cómo muere el personaje principal. Ejemplo de ello se puede ver en las acciones que los gemelos Vicario van tomando para vengar el honor mancillado de su familia, pues, al parecer, Santiago Nasar ha deshonrado a Ángela Vicario y ésta ha sido repudiada por su esposo, Bayardo San Román, la primera noche de su boda “Ángela Vicario, la hermosa muchacha que se había casado el día anterior, había sido devuelta a la casa de sus padres, porque el esposo encontró que no era virgen” (pp. 12).

     De allí se van dando los acontecimientos que desembocarán en el asesinato de Santiago Nasar. Primero:

Los gemelos volvieron a la casa un poco antes de las tres, llamados de urgencia por su madre. Encontraron á Ángela Vicario tumbada bocabajo en un sofá del comedor y con la cara macerada a golpes, pero había terminado de llorar.

    
Luego:

Nunca hubo una muerte más anunciada. Después de que la hermana les reveló el nombre, los gemelos Vicario pasaron por el depósito de la pocilga, donde guardaban los útiles de sacrificio, y escogieron los dos cuchillos mejores: uno de descuartizar, de diez pulgadas de largo por dos y media de ancho, y otro de limpiar, de siete pulgadas de largo por una y media de ancho.

     Además de esto, se puede ver también como los acontecimientos que se fueron sucediendo favorecerían la ejecución del crimen, haciendo alusión a Santiago Nasar, el autor dice:


La puerta del frente, salvo en ocasiones festivas, permanecía cerrada y con tranca. Sin embargo, fue por allí, y no por la puerta posterior, por donde esperaban a Santiago Nasar los hombres que lo iban a matar, y fue por allí por donde él salió a recibir al obispo, a pesar de que debía darle una vuelta completa a la casa para llegar al puerto.

     Algo que también toma en cuenta el autor es que por lo general los lectores al ver que el personaje principal va a morir, enseguida se dirigirán al final para ver si realmente el personaje muere, y es por eso que al finalizar su obra afirma que en efecto Santiago Nassar es asesinado, y es allí, en palabras del mismo Márquez que logra atrapar a los lectores, puesto que estos no se apartarán de su lectura hasta descubrir cómo fue que todo ocurrió.
                         “-¡Santiago, hijo --le gritó-, qué te pasa!”
                         “Santiago Nasar la reconoció”.
                         “-Que me mataron, niña Wene –dijo”.

     Sin duda, Gabriel García Márquez es un maestro en cuanto al uso del suspenso como recurso, y como el mismo explica “esto no se debe solo a la inspiración” sino que fue necesario el estudio concienzudo, pero como el mismo afirma, se trata de “estudiar de verdad”.


Gabriel García Márquez

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